En
cada nueva época, la época anterior persiste y dentro de ella los impulsos de
la época anterior. La serie puede retroceder mucho, pero en un cierto punto, se
pierde la continuidad en el pasado. Nuestra memoria como especie, nuestro sentido
de la visión y del propósito rector es débil y, por cierto, se hace más débil
con cada década. En el siglo XIX, el recuerdo del mundo medieval estaba
presente de un modo que hoy no está. En el siglo XX el recuerdo del
Renacimiento todavía persiste en nuestros hábitos y nuestra forma de vida, pero
el recuerdo del mundo clásico y del clasicismo casi se ha desvanecido.
Gurdjieff se aprovecha de
la antigua sabiduría
A
mediados del siglo XIX habían en el Asia Menor, ramas de memoria que
retrocedían profundamente en la historia de nuestra familia de civilizaciones
hasta Babilonia y Caldea. Fueron preservadas por tan vastas extensiones de
tiempo porque eran de valor, y lo fueron por el trabajo de escuela.
George Gurdjieff se
conectó con estos rastros y, con el conocimiento que encontró, comenzó el Cuarto Camino.
No con la fuerza centrípeta de un conocimiento siempre creciente y de técnicas
cada vez más sofisticadas, sino con el conocimiento de cosas básicas. El
conocimiento de las condiciones de la conexión del hombre con un nivel de
creación superior. ¿Qué podría ser de mayor significado para nosotros y qué ha
sido más claramente dejado de lado en la política y en la organización social
de nuestra era? De este conocimiento, de esta conexión con la memoria histórica
provino la visión del Instituto para el Desarrollo Armónico del Hombre.
El
hombre, como es, no tiene los medios para pasar este intervalo; su “memoria
colectiva” es poco más que la flor de los años de su vida. Las políticas,
técnicas y programas de los diversos gobiernos nacionales son reactivas, en el
sentido de que representan respuestas a temas de corto plazo. Las ideologías
como el liberalismo, socialismo, fascismo y el comunismo tienen una vida más
larga porque se desarrollan a partir de los temas sociales fundamentales de un
período, y son conducidas por esos temas hasta que la oposición o
polaridad se agote. No son la expresión de la mejor comprensión acumulativa del
hombre de lo que es posible para él, individual y colectivamente. La religión
no es inocente de este cargo. El significado de dirección de una religión
cambia de una generación a la siguiente. La cristiandad de hoy sería casi
irreconocible para un cristiano del siglo I d.C. La continuidad que hay está
dada por problemas y temas que son continuos. Las organizaciones que sirven de
transporte de las creencias religiosas son conducidas por la rivalidad, por la
lucha por el poder y la posición, por intereses materiales de una clase o de
otra.
La expresión de Gurdjieff
de la antigua sabiduría
Nadie
habría visto esto con más claridad que Gurdjieff. El Cáucaso era una colección de pueblos
desplazados y reubicados por la guerra. Era un lugar de dificultades
emocionales y físicas. Era también un lugar que ofrecía una visión de algunas
de las mayores tradiciones en la civilización y cultura humana (comenzando por
las muy poéticas canciones del padre de Gurdjieff). El contraste era extremo.
Los cuentos de Belcebú de
Gurdjieff
La
épica obra literaria de Gurdjieff, Los cuentos de Belcebú muestra
el trasfondo, la atmósfera, la orientación fundamental y el cuadro del universo
que le da forma al Cuarto Camino en nuestra época. Es la visión del mundo que
sostiene los esfuerzos requeridos para despertar. Lo que implican los Cuentos de Belcebú es que la humanidad necesita
individuos que despierten y, como medio de vida, necesita ser mantenida en un
nivel que pueda generar esos individuos. La civilización puede hacerlo. La
sociedad no puede. Esto subraya la relación entre las escuelas y las
civilizaciones en el curso de la historia. Las influencias superiores son
responsables por la civilización. Sin la civilización –solo con la sociedad– no
se pueden reproducir y, ya que tienen interés en reproducirse, sostienen la
civilización.
La
mayoría de la especie no se da cuenta de este proceso. Fue la enseñanza de
Gurdjieff (y es un precepto permanente del Cuarto Camino) que la misma especie
es parte de la vida orgánica. En cada nivel –en el hombre, en la escuela, en la
civilización, en la humanidad como un todo – esta relación con la especie
involucra contradicción: la contradicción de que coexistan niveles superiores e
inferiores. Porque el nivel superior solo puede existir a través de un esfuerzo
sostenido y en una atmósfera de tensión, en tanto que el nivel inferior existe
naturalmente y por sí mismo. Es uno con la vida animal y vegetal.
Historia de la antigua
sabiduría
La
humanidad, a este respecto, tiene dos historias: la de la evolución de su
cuerpo y la de la evolución de su alma. La primera está registrada y se la
imparte con gran detalle: el desarrollo de las religiones, los linajes de
gobernantes y monarcas, las sucesiones y revoluciones de los gobiernos, etc.
Pero la historia del alma de la humanidad, el cuerpo largo de su sabiduría,
nunca entra en los libros. Y sin embargo, esa historia ha existido tal como la
otra, lado a lado con la otra y, en momentos críticos, se ha superpuesto con la
otra.
Esos
momentos de superposición son momentos de una oportunidad excepcional.
Representan un intervalo en la secuencia de la civilización. Llaman a un
regreso hacia la chispa original, una conexión con el nivel desde el cual se
iniciara el gran proyecto: a un diálogo con el cosmos por sobre el cosmos del
hombre. Los individuos que se encuentran atrapados en tan grandes eventos son
dados a experimentar visiones más allá del espectro normal de la experiencia
humana. Son invitados a dedicar el trabajo de sus vidas a una causa mucho mayor
que ellos mismos; se los invita a abordar y apoyar el Gran Arca de la Antigua
Sabiduría.
“Hay períodos en la
vida de la humanidad que generalmente coinciden con el comienzo de la caída de
culturas y civilizaciones, en los que las masas pierden irrecuperablemente la
razón y comienzan a destruir todo lo que ha sido creado en siglos y milenios de
cultura. Tales períodos de locura masiva, a menudo coinciden con cataclismos
geológicos, cambios climáticos y fenómenos similares de carácter planetario,
liberando una cantidad muy grande de conocimiento. Esto, a su vez, necesita del
trabajo de recolectar este conocimiento, que de otra manera se perdería. Así,
el trabajo de recolectar el conocimiento esparcido frecuentemente coincide con
el comienzo de la destrucción y caída de las culturas y civilizaciones.”
De En busca de lo milagroso (p. 45)
A
principios de este siglo, George Ivanovitch Gurdjieff trajo al occidente un
"nuevo" método que llamó el "Cuarto Camino" para completar
la transformación personal interior, que es la única tarea que merece la pena
de tomarse en serio dentro de esta existencia. Lo que nosotros, actualmente
llamamos el "Trabajo", el "Cuarto Camino", el camino de la
"Evolución Personal" la "Evolución Voluntaria", el camino
de "Servicio para el Absoluto", el "Despertar", etc., tiene
sus orígenes muy arraigados en el mundo antiguo. Fue la primera religión
conocida por el hombre, y sin embargo, en esa época, no se consideró como una
religión. Cuando se examina la historia de la humanidad en este planeta, la
apariencia misma de la palabra "religión", forma una línea de
demarcación, entre una época de una comunicación sin adornos con las fuerzas superiores,
es decir, de hacer el Trabajo, y la ritualizada pseudo-espiritual histeria y
represión, que tiene sus raíces en las aplastantes necesidades económicas de la
civilización humana.
Hace más o menos ochenta mil años, el primer ser humano de
todos, cuyo nombre se ha perdido en la antigüedad, asumía una funcional
relación de trabajo con el Absoluto, y también con otras fuerzas superiores.
Aquellos seres, los cuales hacían estos descubrimientos por casualidad, y que
cumplían un papel importante, es decir un servicio para el Trabajo, lo hacían
directamente a través de la relación de servicio que tenían con el jefe de su
tribu local. Era probable que se llamaran chamanes o curanderos, y todavía
existe hoy en día una tradición muy fuerte ligada a éstos, no obligatoriamente
con un linaje relacionado con el Trabajo.
Ahora bien, hace más o menos ocho mil
años, otro ser humano, cuyo nombre, con compasión, ha sido borrado de la
historia, decidió formalizar y codificar el conjunto de la tradición oral, y
así de acuerdo con esta orden, todo el conocimiento existente y relacionado con
el tema de
ServicioPara-el-Absoluto-a-Través-de-la-Evolución-Personal-Voluntaria, fue
forjado en el Unificado Código del Trabajo, o sea, el UCT. Por supuesto esta es
una traducción muy basta, y más o menos así estaban las cosas para cuando
aparecieron las culturas de Sumeria y Babilonia. Antes de esta época, no había
escuelas en sí, las habilidades fueron pasadas oralmente y prácticamente, de
generación a generación, de padre a hijo.
Por supuesto, alguien que fuera un
candidato para el Trabajo, tenía que ser sometido a un cierto grado de
disciplina. Pero, lo importante era que, puesto que las disciplinas mentales y
emocionales ya formaban una parte muy importante de la vida cotidiana tribal,
cualquier disciplina fuera de lo normal solía tener que ver sólo con temas
físicos, siguiendo las pautas del típico faquir de la India, por ejemplo. Y
esto ha causado el gran cambio en la presentación. La total ausencia de tales
disciplinas, tanto mentales como emocionales, del mundo moderno.
Esto requiere
que sean re-introducidas artificialmente a cualquiera que aspire a ser un
candidato para el Trabajo. Así, todo lo que pertenecía a la formación de
candidatos para el Trabajo tenía que ser cada vez más formalizado, y por esto,
se crearon "escuelas". En términos prácticos, esto significa que en
la sociedad moderna, partimos de bajo cero. El tercer estado de la consciencia,
es decir, el estado de la íntima recordación de sí mismo, de la presencia de
nuestra presencia en el presente, es el punto de partida normal para la
evolución voluntaria y el trabajo práctico sobre uno mismo.
Si la civilización
estuviera a la altura de su nombre, podríamos empezar desde este estado. Una de
las innovaciones durante el periodo Achaemenid del Imperio Babilonio, por
supuesto debido a los varios cambios culturales y sus efectos en los seres de
esa época, fue la introducción de ejercicios mentales-psicológicos en grandes y
complicadas dosis. Siendo la idea, la introducción de una artificial sobrecarga
mental, y así mantener tan ocupado el cerebro de la cabeza, para que los
procesos ordinarios de pensamiento asociativo y lineal fueran imposibles.
Muchos de los maestros sumerios acabaron siendo esclavizados por los
babilonios, por los sirios, por los caldeos y por las otras tribus agresivas de
la zona.
También acabaron en colonias sumerias e incluso en el norte hasta
incluso Gran Bretaña e Irlanda. Estas enseñanzas también encontraron una manera
de entrar en Egipto. Más tarde, estos profundos conocimientos, que poseían
tanto los sumerios como los babilonios, formaban el cuerpo principal del
Sufismo clásico. Se suele identificar el Sufismo con el Islam, y se cree que
tiene allí sus orígenes, pero el Sufismo, en realidad, precede al Islam en miles
de años. El Sufismo es una forma del Cuarto Camino muy elegante, que
normalmente no ha sido reconocido fuera de su forma islámica, pero para hacer
esta separación ahora mismo, el Islam, como cualquier otra organización o ente
religioso organizado, sólo existe para el beneficio de la existencia continua
de la organización misma.
Fue en el siglo VI, cuando fue introducida en el
Kurdistán, un sitio al que antiguamente llamaron la Provincia de Saramoung, una
de las ideas principales, la que forma la base de todo el trabajo sobre uno
mismo, el ejercicio iniciador (Trabajo Practico sobre Uno Mismo) de todas las
escuelas modernas. Durante muchas épocas, el Trabajo ha demostrado que no es
algo ni estable ni repetitivo; ha cambiado constantemente, y se ha mostrado en
varias formas, aunque la naturaleza, los principios fundamentales, nunca han
cambiado. Tristemente, siempre habrá los neófitos, que caen en la trampa de lo
convencional, y consagrarán toda su vida de trabajo a las formas muertas del
pasado.
Gurdjieff es un maestro que ha tenido el máximo de publicidad en
occidente durante los últimos cincuenta años. Lo que tenemos que tener en
cuenta, es que antes de Gurdjieff, existían maestros competentes, y que después
de su muerte, siguen existiendo, tanto escuelas como maestros. El reto siempre
ha sido identificarlos. En la actualidad, la mejor materia PRÁCTICA del cuarto
camino, a modo de herramienta del Trabajo es ofrecida por el maestro E.J. Gold.
En la primavera de 1983, E.J. Gold viajó a Nueva York e inició un ciclo
impresionante de conferencias tanto en reuniones públicas como privadas. En
ellas, no se limitó a reiterar temas e ideas que lleva enunciando durante más
de veinte años. Barrió la superestructura de su teoría y reformuló los
fundamentos para un curso práctico del trabajo transformacional.
Uno de los
escritos iniciales de Gold, el libro "La Máquina Biológica Humana como
Aparato de Transformación", es una introducción a un vasto cuerpo de
escritos, todos relacionados con hacer que nosotros lleguemos a un
entendimiento de nuestro trabajo real en este mundo. El interés de Gold es
trabajar exclusivamente por la evolución del yo esencial, nunca en la
modificación de la "máquina biológica humana" para su mayor comodidad
o seguridad, el trabajo va "Más Allá de la Superación Personal".
Sabemos que dentro del cuerpo biológico humano existe, pasiva y
silenciosamente, un ser más profundo que tiene el potencial para la
continuación. Desde esta idea, Gold nos lleva hacia el campo de los místicos y
guías de todas las tradiciones desarrollando el concepto de que la continuación
del ser más profundo depende de lograr su transformación mediante el uso
especial del cuerpo-máquina durante una vida humana. Sólo esta específica
transformación, conseguida a través de esfuerzos exactos, puede brindarnos la
auténtica liberación de la compulsiva atracción por la vida orgánica. La tarea
de establecerlo lógica e intelectualmente corresponde a los escritores
contemporáneos de fenomenología y psicología.
El verdadero interés del Sr. Gold
radica en otra parte; en el "cómo" más que en el "por qué".
El uso de la máquina biológica humana como un arma contra sí misma, al activar
sus funciones superiores transformativas, es una ciencia exacta, y lo que se
requiere es un manual, un juego de herramientas para llevar a cabo esta tarea.
De ninguna manera es una tarea imposible, ni la estrategia particularmente
compleja. La base de este método es muy sencilla. E.J. Gold no es gurú de
escritorio. Cada una de sus enseñanzas sobre este camino es el resultado de su
trabajo empírico consigo mismo y con sus colaboradores. Como pocos
contemporáneos, el Sr. Gold no sólo dirigió impecablemente su búsqueda interior
por muchos años, sino que también se tomó el trabajo de cartografiar el
territorio, anotar los mapas, describir la travesía y hacer una fidedigna guía
de los senderos y peligros que podemos encontrar en el camino de la
transformación interior. Por otro lado, es un camino formidable a seguir,
precisamente por su eficacia. Sugiere incursiones estilo comando sobre el
condicionamiento hipnótico y las restricciones de la vida ordinaria, que el
cuerpo, por supuesto, resistirá con toda su astucia y obstinada voluntad. Lo
que el discípulo necesita más que justificaciones filosóficas, son
"recursos del campo de batalla" -o sea, alternativas comprobadas en
batalla para la supervivencia detrás de las líneas enemigas En nuestra escuela
(Instituto Para el Desarrollo del Ser Humano Armónico), se lleva mucho tiempo
trabajando con el libro llamado Trabajo Práctico Sobre Uno Mismo, escrito por
E.J. Gold. Es un libro que contiene 24 ejercicios para ser llevados a cabo en
la vida cotidiana. Estos ejercicios se hacen en una cierta secuencia,
edificándose uno sobre otro para producir datos para el despertar de la máquina
y para el trabajo interior del Yo Esencial.
El Trabajo Práctico Sobre Uno Mismo
constituye un método claro, conciso y comprensible para obtener resultados
reales y duraderos, cualesquiera que sean las condiciones de vida en que nos
encontremos en este momento. Es una exposición moderna de unas ideas que han
existido fuera de la corriente principal del conocimiento durante milenios, en
vehículos tales como la transmisión oral del chamanismo y los tratados
herméticos de los alquimistas medievales.
Claro está que tiene raíces en lo
esotérico y en la psicología transformacional; pero incluso lo más esotérico,
si no se funde en lo práctico, se queda en la filosofía o en la simple
creencia.
El Trabajo Práctico Sobre Uno Mismo hace un puente entre lo esotérico
y lo práctico con la convicción de que la comprensión de las cosas llega a
través de la experiencia personal. Contiene una serie de veinticuatro
ejercicios prácticos que hacen que el Trabajo se constituya en una forma de
vida para nosotros, formando una base para acercarnos al estado de despertar y
a la transformación.
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