El
Eneagrama de tipos es parte de una tradición de enseñanza oral, y el material
sigue siendo trasmitido mejor viendo y oyendo hablar de su vida a grupos de
personas del mismo tipo. El ver y oír a un grupo de personas expresando de
forma articulada y voluntaria un punto de vista semejante da una mayor medida
del poder del sistema que el que pueda reflejar la expresión escrita. Tras más
o menos una hora un grupo de personas que físicamente parecen muy distintas
empiezan a parecer iguales.
El
observador puede apreciar las semejanzas en los patrones físicos, el tono
emocional, los lugares de tensión en el rostro, y la calidad de la expresión
personal que constituyen los signos más sutiles del tipo. La audiencia alcanza
una presencia clara a medida que el carácter se pone en evidencia. La sala
respira con un sentimiento común a cada uno de los tipos, una cualidad distinta
y una presencia.
Un
grupo del mismo tipo, de entrada puede dar la sensación de no tener nada en
común, puesto que el observador está prestando atención a sus diferencias de
sexo, edad, raza, profesión y estilo personal. Sin embargo, transcurrida una
hora, empiezan a parecer iguales: sus historias, sus gustos, sus preferencias,
sus metas, son los mismos.
Lo
que eluden y aquello con lo que sueñan empieza a volverse semejante. Incluso
empiezan a parecerse, una vez el observador desvía la atención desde los rasgos
superficiales de vestimenta o sonrisa personal. Cuando la atención abandona las
pistas de superficie, podemos reconocer un tipo observando las aspiraciones y
las dificultades que comparten los miembros del tipo. Cada uno de los nueve
tipos ve el mundo de un modo distinto, y al intentar entender la forma en que
se sienten los demás, puedes variar tu punto de vista hasta llegar a una
comprensión real de quienes son verdaderamente las personas de tu vida, antes
que ser esclavo de lo que tus ideas te han dicho al respecto. Al ponerte en el
lugar de los demás, se pone en marcha una compasión real por su situación.
Cuando contemplamos el mundo desde el punto de vista de otros tipos de mente,
te das cuenta de inmediato de que cada tipo está limitado por prejuicios
sistemáticos.
El
poder de esta enseñanza siempre emociona profundamente cuando se reconocen los
principales patrones de la propia vida en las historias de un grupo de
semejantes. Se trata de historias contemporáneas que suceden en agencias
publicitarias, supermercados, clases universitarias y salas de meditación. Las
cuentan personas que tienen mis patrones de pensamiento y viven sus historias
tal como yo la mía. Se que puedo contar con ellas cuando necesite información,
consejo y revelación de aquello que han descubierto por sí mismos. Lo que hace
sorprendente la narración de historias personales es que la revelación de un
material tan íntimo se ofrece con la intención de ponerse uno a un lado. La
intención que hay detrás de contar tu propia historia es, evidentemente,
clarificar algo los patrones que conducen tu vida, pero en este caso, la meta
de la auto-comprensión es aprender a observar dichos patrones de un modo
interno, desviar la atención de ellos, y finalmente dejar a un lado la
personalidad.
El
"dejar de lado" al que lleva un sistema que abarca distintos estados
de consciencia significa algo más que trabajar con un problema hasta que
desaparezca el sufrimiento.
Poner
la personalidad a un lado significa ser capaz de desviar la atención de los
pensamientos y sentimientos para que otras percepciones puedan arribar a la
consciencia.
Es
básico acentuar los modos en que las personas difieren las unas de las otras,
puesto que la mayor parte del sufrimiento que experimentamos en nuestras
relaciones con los demás es producto del hecho de que estamos ciegos a sus
puntos de vista. No nos damos cuenta de como vive realmente la gente cercana a
nosotros.
Por
ejemplo, es un gran trabajo para una pareja que está románticamente
comprometida comprender las premisas de cada uno de los enamorados. Si uno es
un Nueve (el Meditador) y el otro un Ocho (El Jefe) ¿cómo sabrá el Nueve que la
senda hacia el amor y la confianza requerirá una serie de duros
enfrentamientos? ¿Y cómo sabrá el Ocho que la pareja Nueve ignorará las ordenes
directas, se resistirá tozudamente a las presiones para que actúe y, sin
embargo, será fácilmente receptiva a las necesidades de las demás?
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