jueves, 15 de noviembre de 2018

Porqué es tan útil el trabajo grupal - La tradición oral



El Eneagrama de tipos es parte de una tradición de enseñanza oral, y el material sigue siendo trasmitido mejor viendo y oyendo hablar de su vida a grupos de personas del mismo tipo. El ver y oír a un grupo de personas expresando de forma articulada y voluntaria un punto de vista semejante da una mayor medida del poder del sistema que el que pueda reflejar la expresión escrita. Tras más o menos una hora un grupo de personas que físicamente parecen muy distintas empiezan a parecer iguales.
El observador puede apreciar las semejanzas en los patrones físicos, el tono emocional, los lugares de tensión en el rostro, y la calidad de la expresión personal que constituyen los signos más sutiles del tipo. La audiencia alcanza una presencia clara a medida que el carácter se pone en evidencia. La sala respira con un sentimiento común a cada uno de los tipos, una cualidad distinta y una presencia.
Un grupo del mismo tipo, de entrada puede dar la sensación de no tener nada en común, puesto que el observador está prestando atención a sus diferencias de sexo, edad, raza, profesión y estilo personal. Sin embargo, transcurrida una hora, empiezan a parecer iguales: sus historias, sus gustos, sus preferencias, sus metas, son los mismos.
Lo que eluden y aquello con lo que sueñan empieza a volverse semejante. Incluso empiezan a parecerse, una vez el observador desvía la atención desde los rasgos superficiales de vestimenta o sonrisa personal. Cuando la atención abandona las pistas de superficie, podemos reconocer un tipo observando las aspiraciones y las dificultades que comparten los miembros del tipo. Cada uno de los nueve tipos ve el mundo de un modo distinto, y al intentar entender la forma en que se sienten los demás, puedes variar tu punto de vista hasta llegar a una comprensión real de quienes son verdaderamente las personas de tu vida, antes que ser esclavo de lo que tus ideas te han dicho al respecto. Al ponerte en el lugar de los demás, se pone en marcha una compasión real por su situación. Cuando contemplamos el mundo desde el punto de vista de otros tipos de mente, te das cuenta de inmediato de que cada tipo está limitado por prejuicios sistemáticos.
El poder de esta enseñanza siempre emociona profundamente cuando se reconocen los principales patrones de la propia vida en las historias de un grupo de semejantes. Se trata de historias contemporáneas que suceden en agencias publicitarias, supermercados, clases universitarias y salas de meditación. Las cuentan personas que tienen mis patrones de pensamiento y viven sus historias tal como yo la mía. Se que puedo contar con ellas cuando necesite información, consejo y revelación de aquello que han descubierto por sí mismos. Lo que hace sorprendente la narración de historias personales es que la revelación de un material tan íntimo se ofrece con la intención de ponerse uno a un lado. La intención que hay detrás de contar tu propia historia es, evidentemente, clarificar algo los patrones que conducen tu vida, pero en este caso, la meta de la auto-comprensión es aprender a observar dichos patrones de un modo interno, desviar la atención de ellos, y finalmente dejar a un lado la personalidad.
El "dejar de lado" al que lleva un sistema que abarca distintos estados de consciencia significa algo más que trabajar con un problema hasta que desaparezca el sufrimiento.
Poner la personalidad a un lado significa ser capaz de desviar la atención de los pensamientos y sentimientos para que otras percepciones puedan arribar a la consciencia.
Es básico acentuar los modos en que las personas difieren las unas de las otras, puesto que la mayor parte del sufrimiento que experimentamos en nuestras relaciones con los demás es producto del hecho de que estamos ciegos a sus puntos de vista. No nos damos cuenta de como vive realmente la gente cercana a nosotros.
Por ejemplo, es un gran trabajo para una pareja que está románticamente comprometida comprender las premisas de cada uno de los enamorados. Si uno es un Nueve (el Meditador) y el otro un Ocho (El Jefe) ¿cómo sabrá el Nueve que la senda hacia el amor y la confianza requerirá una serie de duros enfrentamientos? ¿Y cómo sabrá el Ocho que la pareja Nueve ignorará las ordenes directas, se resistirá tozudamente a las presiones para que actúe y, sin embargo, será fácilmente receptiva a las necesidades de las demás?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario